Elecciones Presidenciales 1999-2000 (1): Los comunistas y el charquicán

Era diciembre. Era el día del show de fin de año. No recuerdo haber tenido un particular entusiasmo por ir. Mi parte no era ni protagónica ni relevante. Había que esperar largas horas para hacer un simple baile con algunos compañeros de curso. Además, tenía otra cosa en mente. El show empieza, mis compañeros se subían al escenario a actuar, me tocó a mí. Hice lo que tuve que hacer, y volví a sentarme. Las horas avanzaban y mi nerviosismo iba aumentando mientras me daba cuenta de aquello. Quería saber que hora era, pero como estábamos al aire libre, y no usaba reloj, era difícil hacerlo. Tenía 9 años. Sentía que el día se iba acabando, veía como de a poco la luz del sol se iba desvaneciendo. Las cortinas se cierran. El show finalmente termina y al divisar a mi madre me le pregunto:

- - ¡Mama! Que hora es?

- - Son las 8.30.

- - ¡Me voy a perder la franja electoral!

Corría diciembre del año 1999 y Chile se veía inmerso en una reñida elección presidencial. Seis candidatos se presentaban a la competencia. Y para mí, la propaganda electoral, me producía un particular regocijo. Las calles se tapizaban como un carnaval. Era como si una gran fiesta hubiese empezado a lo largo de la ciudad. Como en ese tiempo,las elecciones presidenciales no estaban sincronizadas con las parlamentarias, había solo carteles de los presidenciables, por lo que rápidamente me aprendí la oferta de candidatos.

Recuerdo a Lavín perfectamente, además, como no hacerlo, era mi candidato. Recuerdo su campaña entusiasta y positiva, y su cara de chico bueno con esos lentes eternos. Mis padres votarían por él, mis abuelos estaban fascinados por su figura, y toda gente que recuerdo haría lo mismo en el día de las elecciones. Estaba confiado que ganaría. De la campaña de Sara Larraín, me acuerdo de la música. Era una melodía muy tranquila y pacífica, y ella se veía simpática, casi bondadosa. Recuerdo haberla visto a ella rabiosa años más tarde en Tolerancia Cero, rompiendo la imagen que había guardado de ella por mucho tiempo. Me caía bien, pero Lavín era mi candidato. Imposible olvidar la franja de Arturo Frei Bolívar y su pegajosa canción "¡uno cómo usted!" (https://www.youtube.com/watch?v=KygfkB-zBZk), que quedó en el subconsciente de muchos.

Curiosamente de Lagos no tengo ningún recuerdo. Como era la antítesis de mi candidato, seguramente no debo haber escuchado muchas cosas buenas de él. Me imagino a mis abuelos paternos atacándolo incansablemente en la mesa del comedor “Estos socialistas no aprendieron con la UP”, “las colas van a volver”, “como la gente tiene tan mala memoria”, “el marxismo volverá a este país.” Si Lagos era el enemigo, no me imagino que debe haber pasado con Gladys Marín. Debe haber sido la reencarnación de lucifer junto la emperatriz del infierno,. Era comunista... pecado mortal en la casa de mis abuelos. Yo pensaba que los comunistas eran como un plato malo de comida. Yo pensaba que los comunistas eran como el charquicán. Plato que de solo pensarlo me estremecía de pies a cabeza por lo malo que lo encontraba. Recuerdo una vez en el campo que fui a la cocina a averiguar que había de almuerzo, y me enteré que era charquicán. Se me cayó el mundo. Tenía mucha hambre y la perdí en una fracción de segundo. A pesar de ello, recuerdo que a mi madre le causó mucha gracia, el hecho que tratara al subsecretario del Interior de la época, como un “Concha de su madre”

Yo sabía que la franja partiría en 15 minutos, tiempo exacto que me demoraba de mi colegio a mi casa. El tumulto de gente al terminar el show obviamente aletargó el proceso de salida. Los minutos pasaban, y era difícil salir de aquel lugar. Finalmente tomamos rumbo a mi casa, llegamos, corrí hacia el televisor, y el panorama era desolador. Estaba la imagen de fondo azul y corría un texto con letras blancas.

¡Me había perdido la franja!

Screen Shot 2017-05-19 at 11.56.11 AM