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Alameda Arturo Alessandri Palma

  • fnmendoz
  • 5 jun 2017
  • 3 Min. de lectura

En el continente americano, gran parte de los gobernantes utilizan bandas presidenciales. Cada una con colores, diseños y singularidades que las diferencian. En el caso de Chile, la Piocha de O’higgins, una estrella de siete centímetros de diámetro, que cuelga en la parte inferior de la banda, representa una de estas particularidades. Cada vez que se realiza un cambio de mando presidencial, aquel objeto pasa del presidente saliente al entrante, simbolizando la transferencia de poder de un mandatario a otro.


En tiempos pasados, al igual que la piocha, la banda presidencial era una sola, la que también debía cambiar de dueño el día del traspaso de mando. Pero, aquella tradición, termina abruptamente en el 1920. El nuevo presidente, Juan Luis Sanfuentes, rozaba los dos metros de altura, por lo que la prenda existente evidentemente le iba a quedar chica. Como consecuencia, se hizo una a la medida, lo que fue imitado por el resto de los Presidentes hasta el día de hoy.


Desde el año 1871, aquella estrella se cuelga en la banda presidencial. El simbolismo que rodea a la prenda es importantísimo. Es el objeto que encarna el poder presidencial. Por ello, una serie de mitos se han construido en torno a la piocha. Por ejemplo, si la prenda cae al suelo en el momento del traspaso de mando, ello representa un mal augurio para el presidente que inicia su periodo. A José Manuel Balmaceda le ocurrió. A Arturo Alessandri, en el año 1920, también. ¨Mal augurio me acompaña, la insignia del mando se me quiere escapar¨ exclamó tras ver como la piocha se deslizaba por las manos del presidente del Senado, personaje encargado de juramentar al presidente en aquella solemne ceremonia.


Ambos mandatarios no tuvieron periodos particularmente tranquilos. Balmaceda termina con su vida un día después de dejar su mandato. Una guerra civil estalla en el país en los últimos meses de su gobierno, enfrentando al ejército con la armada. Mientras, el León de Tarapacá, tras ser derrocado , deja su cargo antes de completar los cinco años de su periodo, y parte rumbo a Italia. Pasaron unas semanas y lo empezaron a echar de menos, retornando triunfalmente el país. La emoción por su llegada fue tal, que se propuso renombrar la Alameda con su nombre. El humildemente rechazó la oferta, pero propuso una alternativa, Bernardo O´higgins, nombre que la avenida lleva hasta el día de hoy.


Tras el bombardeo del Palacio de La Moneda, en el año 1973, la piocha desapareció por lo que tuvo que confeccionarse una nueva. Actúalmente, esa es la estrella que se usa. Algunas malas lenguas sostienen que Pinochet, avído coleccionista de objetos, se guardó la valiosa prenda para sí.


El día 12 de marzo del 2006, Michelle Bachelet salía del Palacio de la Moneda con dirección a la Catedral de Santiago, para asistir al Te Deum realizado el día después del inicio de su primer mandato. Al subir al auto, la piocha enganchó con la puerta del tradicional Ford Galaxie, haciéndola volar por los aires y caer violentamente al suelo. Probablemente una sensación de pánico debe haber invadido a la Mandataria cuando se percató que la estrella no colgaba de su banda, por lo que rápidamente se bajó del vehículo a buscarla. Por suerte, un carabinero se había dado cuenta de lo anterior, entregándosela ágilmente.



Los compañeros de colegio de Sebastián Piñera le regalaron una banda presidencial confeccionada en Francia, a utlilizarse el día del traspaso de mando. El problema fue que los europeos no incluyeron en la prenda el gancho nececario para colgar la estrella. Por eso, cuando Bachelet intenta de ponerle la piocha al nuevo presidente, no lo logra, ya que no hay donde hacerlo. El caos se toma la testera del salón de honor del Congreso Nacional. Las altas autoridades del país miran atónitas la escena. Además, el ambiente estaba tenso tras unas fuertes réplicas del terremoto del año 2010, que remecieron al edificio del poder legislativo. Varios Mandatarios extranjeros miraban nerviosamente el techo, constatando como las lámparas bailaban a consecuencia del movimiento. Finalmente, un edecán resuelve el problema al pinchar la estrella con una condecoración suya. Tampoco volvió a temblar durante el resto de la ceremonia.


Piñera estuvó gran parte del día 11 de marzo de 2010 sin piocha.


Cuatro años más tarde, al ser investida como presidenta por segunda vez, Michelle Bachelet recibe la banda al revés. Esto complica al saliente presidente Piñera, quien no encuentra el gancho para colgarle la piocha. Al percatarse de lo anterior, la mandataria se da vuelta la banda y exitosamente se logra el hecho.


El próximo 11 de marzo un nuevo presidente o presidenta asumirá el poder en Chile. Veremos que pasa…



















 
 
 

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