De Yugoslavia a la Casa Blanca - Parte 2
- fnmendoz
- 29 jun 2017
- 4 Min. de lectura
“Los enemigos de Serbia se están agrupando contra nosotros. A ellos les decimos: no estamos asustados, ¡no escaparemos de la batalla!”
Slobodan Milosevic
Melania Knavs crece junto a su a su familia en la tranquila localidad de Sevnica, al este de Eslovenia. Su padre, miembro del Partido Comunista de Eslovenia, trabaja en una tienda de repuestos de automóviles. Su madre, lo hacía para una fábrica textil, diseñando ropa para niños. Llevan una vida sencilla, compartiendo un pequeño departamento en un edificio que alberga a otras familias que trabajan en la misma fábrica que la señora Knavs. Algunos que convivieron con ella en su infancia, la describen como una niña tranquila, reservada y con poco interés de llamar la atención.

Melania junto a sus primos (es la segunda desde la derecha)

Una foto del año 2016 de Sevnica
En el año 1985 se traslada a vivir a Ljubljana, capital de Eslovenia, a seguir sus estudios secundarios. Su belleza no pasa desapercibida. A los 16 años aparece por primera vez en un comercial. Al año siguiente, en 1987, un famoso fotógrafo le ofrece a Melania posar frente a sus cámaras.

Uno de los primeros resultados de la primera sesión de fotos en Ljubijana.
Ese mismo año, fue el inicio del fin del país que ve crecer a Melania. Los problemas comienzan en Serbia, la república más importante de las seis que conforman Yugoslavia (las otras cinco eran: Eslovenia, Croacia, Bosnia, Montenegro y Macedonia). Era la más grande territorialmente, y también, la más poblada. La capital de Yugoslavia, Belgrado, se ubicaba en aquella república, como también las instituciones más importantes que organizaban al país.
Además, los serbios, eran el grupo étnico más numeroso de toda Yugoslavia. En Serbia, componían 3/4 de la población. En otras repúblicas, existían importantes minorías de aquella etnia. En Bosnia, los serbios constituían 1/3 de la población, mientras que en Croacia, rozaban el 1/10 del total de sus habitantes.
Dentro de Serbia, se ubica Kosovo, uno de los lugares más sensibles étnicamente de todo el país socialista. Por un lado, tenía un importantísimo simbolismo para los serbios. En el siglo XIV, Kosovo era el centro político, cultural y religioso del poderoso reino de Serbia que existía la época. En el año 1389, llegan las tropas invasoras Otomanas y conquistan Kosovo, llevando el islam a la provincia, misma religión que profesan los albaneses. Desde aquellos tiempos, muchos mitos y exageraciones se transmitieron de generación en generación creando suspicacias entre ambos grupos.

Desde el fin de la segunda guerra mundial, altísimas tasas de natalidad dentro de los albaneses resultaron en que su población creciera velozmente, en comparación a los serbios. Como consecuencia, a fines de la década de los 80, los musulmanes albaneses conformaban el 90% de los habitantes de Kosovo. Muchos serbios decidieron emigrar a otros lugares por las tensiones generadas con sus vecinos.
Ambas partes empiezan a tener problemas. Los políticos locales, en su mayoría albaneses, estaban siendo desafiados por grupos radicales nacionalistas serbios. Los últimos, reclaman que los musulmanes, estaban presionándolos a abandonar sus tierras que les pertenecían históricamente a ellos. Los roces entre ambas partes se intensificaron a tal punto, que los asesores del Presidente de Serbia, Ivan Stambolic, le recomiendan visitar el lugar. El decide enviar a su mano derecha y segundo al mando, Slobodan Milosevic. El hombre de 45 años, era un nacionalista serbio, pero en ese entonces, nadie lo sabía.
En vez de reunirse con los políticos comunistas locales, Milosevic atiende a los serbios, y anuncia volver unos días después a escuchar sus quejas. Cumple con su promesa. Se organiza una reunión en donde los serbios, pauteados previamente por los grupos nacionalistas, exponen exageradamente las vejaciones recibidas por sus vecinos albaneses. Uno de los testimonios refleja la tensión del momento:
"Quiero vivir aquí, donde mi madre me dio la vida. Quiero ser enterrada aquí, y nadie me moverá. ¡Prefiero morir que irme!"
Mientras la temperatura verbal de los discursos aumentaba por minuto, se comienzan a escuchar ruidos provenientes desde afuera de la sala. Le avisan a Milosevic que los policías están agrediendo a los serbios. El político sale a la calle a indagar. Inmediatamente es rodeado por cientos de serbios, acusando que la policía y los albaneses apostados en el lugar los golpearon injustamente. Milosevic le responde a uno de los ancianos serbios que lo encara diciéndole: “¡nunca más les volverán a pegar!¨. Un explícito apoyo a la causa serbia.

Slobodan Milosevic en Kosovo.
Aquella escena fue grabada por una cámara y posteriormente transmitida por la televisión. En realidad, todo había sido un montaje por parte de aliados de Milosevic con el fin de crear un pretexto para apoyar la causa serbia. Mientras el político presenciaba los discursos, grupos radicales serbios atacaron a los policías con el fin de hacer creer posteriormente a las audiencias televisivas que ellos eran los que estaban siendo agredidos.
Por primera vez en la historia de la Yugoslavia socialista, un político desafiaba abiertamente la política ¨Hermandad y Unidad¨, cuya principal intención era prohibir cualquier expresión nacionalista. Muchos serbios inmediatamente empatizan con Milosevic y su apoyo a los serbios, tras ver en las imágenes como sus correligionarios eran agredidos supuestamente injustamente.
Milosevic vuelve a Belgrado. Su jefe, el presidente, lo reta. Le dice que sus declaraciones irresponsables pueden ser la chispa perfecta para una eventual guerra. El lo ignora. De un día para otro, los que alguna vez fueron aliados políticos, pasan a ser enemigos absolutos. Mientras su jefe cree que el problema en Kosovo debe resolverse por el dialogo, Milosevic cree que la solución pasa por apoyar a los serbios en desmedro de los albaneses.
Las tensiones entre ambos crecen rápidamente en los siguientes meses. A fines del 1987, se organiza una reunión gubernamental. Milosevic toma la palabra e inesperadamente propone una votación para destituir al presidente. Stambolic, no imagina que era una jugada maestra. Previo a la reunion, Milosevic se encarga de conseguir todos los votos necesarios, por lo que gana con comodidad la elección. Su principal enemigo quedaba fuera de combate.
El camino a la destrucción de Yugoslavia estaba abierto, mientras Melania daba sus primeros pasos en el modelaje.

En días más felices, Stambolic y Milosevic conversan tranquilamente. En el año 2000, Ivan Stambolic desaparece misteriosamente y es encontrado muerto. Milosevic todavía seguía el mando de Serbia. Posteriormente se descubre su responsabilidad en los hechos.
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