De Yugoslavia a la Casa Blanca - Parte 3
- fnmendoz
- 3 jul 2017
- 3 Min. de lectura
En apenas un par de años, Milosevic había trastornado por completo forma de hacer política en Yugoslavia. Su retórica nacionalista y populista, abiertamente a favor de la causa serbia, apostaba por convertir a Yugoslavia en un país que respondería únicamente a los intereses de aquel grupo, en desmedro de las tantas otras culturas que convivían en el país. Aquellas provincias que tenían mayorías serbias, rápidamente se alinearon con Milosevic, saliendo a protestar a las calles a favor de su nuevo líder. Los gobiernos locales, frente a semejante presión, se vieron obligados a renunciar. Rápidamente fueron reemplazados por aliados de Milosevic
Pero, no en todas las repúblicas que conformaban Yugoslavia, hubo tal respaldo a las posturas encarnadas por Milosevic. Tal es el caso de Eslovenia y Croacia, quienes miraban con recelo las intenciones expansionistas de los serbios sobre ellos. En el primer año de la década de los 90, ambos países implementaron una serie reformas con el fin de defenderse y distanciarse del creciente nacionalismo populista proveniente de Belgrado. Un reflejo de lo anterior, lo constituye la legalización de los partidos políticos, y junto con ello, la realización de elecciones democráticas con el fin de renovar la dirigencia política de los mencionados lugares.
En Croacia, es electo Franjo Tudjman como nuevo presidente, un nacionalista croata de derecha. Mientras, en el país de Melania, lo hace Milan Kucan, candidato nacionalista esloveno. Una vez instalados en el poder, los nuevos mandatarios elegidos por la voluntad popular expresada en las urnas, continuaron implementando medidas que los distanciaban cada vez más de Milosevic y sus seguidores.


Milan Kucan y Franjo Tudman
Hay que tomar en consideración, que no toda la población de las repúblicas enfrentadas a Milosevic, estaban conformes con los pasos dados por sus nuevos gobiernos. En Croacia, aproximadamente 10% de la población era serbia, quienes no tenían ningún interés en ser dominados por un gobierno croata. Además, muchos de ellos recordaban la suerte que habían atravesado la última vez que fueron gobernados por los croatas, durante la segunda guerra mundial. Una dictadura pro-hitleriana tomó el poder, y al igual que sus colegas en Berlín, instalaron una serie de campos de concentración para exterminar a aquellas personas que no eran “étnicamente puras¨. Los serbios calzaron en aquella categoría. Cerca de 300,000 fueron exterminados por el gobierno fascista croata.


Serbios ejecutados por croatas durante los años de la segunda guerra mundial, y en la derecha, Hitler visitando Zagreb, capital de Croacia.
El choque entre los serbios y los croatas se desata en un pueblo llamado Knin, en el sur de Croacia. 85% de sus habitantes son serbios (según el censo realizado en el año 1991). Para la población local, la idea de ser gobernados por croatas no sonaba en absoluto seductora, generándose una rebelión en contra del nuevo gobierno democráticamente electo, desconociendo su autoridad sobre Knin.

En rojo, zonas de Croacia en donde existen mayorías serbias. (Incluye al pueblo de Knin, al sur del territorio)
El quiebre definitivo entre las partes ocurre en el mes de marzo del 1991. Los serbios de Knin dan un paso más allá. Declaran su independencia de Croacia, para así, poder crear un nuevo estado exclusivamente para ellos. Empiezan a atacar a policías croatas con el fin de expulsarlos de la región, y permitir un control serbio absoluto.
El 31 de marzo de 1991, empieza la guerra en Croacia.
Por un lado, están los croatas quienes quieren mantener su integridad territorial. Por el otro, los serbios apoyados por Milosevic, cuya meta es independizarse del país para mantener su autonomía frente a los croatas.
Finalmente, el 25 de junio del 1991, Croacia decide independizarse de Yugoslavia. Ya no tenía sentido seguir perteneciendo al país del cual integraban desde el año 1945. Eslovenia ve con buenos ojos esta intención separatista, declarando su independencia ese mismo día. Milosevic se enfurece con Eslovenia y amenaza con invadirlos con toda la fuerza del ejército Yugoslavo, controlado por los serbios. Los eslovenos no dan su brazo a torcer, por lo que el 27 de junio, Milosevic envía tropas desde Belgrado. El ejercito Yugoslavo invade Eslovenia para impedir su separación definitiva de Yugoslavia.

El 25 de junio de 1991, Eslovenia declara su independencia de Yugoslavia. Los agentes fronterizos inmediatamente reemplazan el cartel de "República Socialista Federal de Yugoslavia" por el de "República de Eslovenia", colgando la nueva bandera patria, demostrando su quiebre definitivo con el país del cual fueron parte por casi cinco decadas.
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